jueves, febrero 02, 2012

Recuerdos del porvenir...
No prestaremos el Papa-móvil.
Hace un siglo que el tío Procopio chafireteaba este singular carcachón, llevando y trayendo desde sus residencias u oficinas a nuestra ya por entonces distinguidísima e ilustre clientela.
Hoy, no solo quedan la tradición, el recuerdo y el gracioso testimonio gráfico que adorna en sepia el muro de nuestra barra, sino la versión moderna de aquella temprana amenidad, esto es, el celebrado e internacional Papa-móvil de Pulques Finos La Virtud, cuya foto a color podemos apreciar también en el márgen derecho de la página.
Deseamos hacer del conocimiento público que ya le informamos al Millonésimo, a Norberto y a sus operadores oficiosos que lo sentimos mucho, pero que no cuenten con nuestro Papa-móvil para la visita de Benedicto XVI en marzo próximo a Guanajuato.
Aclaramos que no se trata de asumir posturas ideológicas por lo del artículo 24 de la constitución mexicana y la supremacía del estado laico, (en peligro por la terquedad del mocherío dominante y la descarada ambición del Vaticano por volvernos al siglo XIX) sino por otras dos razones de carácter digamos que un tanto más prosáico y terrenal.
Resulta que en marzo, en las mismas fechas de la visita del sumo pontífice, tendremos numerosas visitas de importantes moneros y poetas callejeros que asistirán a un congreso a celebrarse por estas tierras de Dios -nos referimos al dios Baco- y como todo el mundo sabe, en nuestra Declaración de Principios y otros documentos fundacionales que nos rigen desde cuando transportábamos a nuestros parroquianos en el carromato de la imágen, el compromiso supremo de esta honorable casa de placeres ecuménicos, en materia de confort en el transporte personal es con aquellos, no con otros clientes o el clero ni con las beatas del gobierno que padecemos.
El otro motivo es que, ni la curia mexicanensis, ni la Sante Sede, ni el gobierno mochilón de Guanajuato nos han ofrecido garantías de que no se apropiarán de nuestra codiciada nave.
Así, cual confianza, caray?
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Gracias a shorpy.com por su foto.

2 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

¿Y cuál fue el triste fin de este medio de transporte Eminencia?

Armando Moncada dijo...

Ninguno, Maese, ninguno: sigue vivo; pertenece al inventario de maravillas inmateriales e inmanentes del planeta.
Solo que, como todo lo rebasado tecnológicamente, se encuentra en una suerte de retiro, refugiado del olvido y junto con otras venerables chácharas, en la protectora matríz de la fotografía antigua y en las las bitácoras, vulgo anecdotario, de esta casa.