domingo, abril 15, 2012

Borbónico safari y otras chuflas...

Informa  la prensa que el rey don Juan Carlos de España se fracturó la cadera debido a un “caída accidental” durante un viaje privado a Botswana, en el que cazaba elefantes.
No es la primera vez que el rey español caza elefantes allí, la foto de abajo a la derecha corresponde a otro safari elefanticida, años atrás.
El viaje no estaba incluido en su agenda de compromisos que se hace pública. La Casa Real se abstuvo de explicar lo que estaba haciendo el monarca cuando se produjo la caída.
Botswana aún permite extraoficialmente tan condenada práctica, a pesar del acuerdo que lo prohíbe y que fue suscrito hace años por todos los países africanos.
Se sabe que el costo aproximado de una cacería de este tipo es de alrededor de 14 mil euros e incluye una pieza garantizada, aunque se ignora si incluye limonadas u otros refrigerios.
No es tampoco la primera vez que el rey se ve involucrado en situaciones que han dado qué hablar en los medios; hace unos años se supo que, con un potente rifle, durante una caceria en Rusia mató un enorme oso, según esto, alcoholizado con vodka. Nunca se supo a ciencia cierta si el alcoholizado era el oso o el cazador, aunque lo primero fue lo que trascendió públicamente y circularon infinidad de divertidísimas historietas, caricaturas; hasta hubo portadas de revistas alusivas al ursoricidio y al vodka de la región.


El guía, su majestad, y la pieza en Botswana.
A causa del pícaro y copioso murmullo mediático, es de suponer que su majestad gusta de empinar el codo con singular y real empaque en sus safaris y giras a iberoamérica y demás islas de las especies.
Dicen las malas lenguas que, por ejemplo, el soberano estaba bastante “servido” de su ron jamaiquino favorito en aquella célebre reunión de jefes de estado en Cartagena, cuando enfadado le dijo a Hugo Chávez:
  --Porqué no te callas?
Por Internet circulan hilarantes historias, chistoretes y hasta videos de otras caídas y sucedidos que contribuyen a documentar especulaciones y dudas sobre sus derrapadas y accidentes.
Burletas y chascarrillos aparte, lo sucedido en Botswana hace un par de días ha irritado a la opinión pública española, no tanto por que les moleste el malhadado y preocupante accidente del jefe del estado, sino porque tiene lugar en medio de la peor crisis económica que ha sufrido la nación desde la posguerra y porque se suma a una ya larga serie de noticias de excesos, derroches, desfiguros, corruptelas y frivolidades recientes de miembros de la casa real.
Lo realmente irónico del cierto o supuesto “borrachazo” de Botswana es que se ha producido justamente el día en que se conmemora un aniversario más de la promulgación de la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931, fecha emblemática y sagrada para la ciudadanía de ideas progresistas.
En la España contemporánea no se puede ocultar un cada vez más un importante movimiento antimonárquico; en la misma proporción existe una corriente política que propugna la instauración de la Tercera República y ambos toman las calles con frecuencia y a nadie sorprenden cuando se unen al multitudinario fenómeno de los indignados.

El lamentable accidente real ha conmocionado también a la numerosa grey veterana que suele abrevar bebidas autóctonas y sorronches vernáculos en aguajes y atarjeas muy lejanos a Botswana, es decir, de éste lado del atlántico, acá en el altiplano azteca, bajo las verdes magueyeras, en los cotos de caza de la Reina Mayahuel.
El Máistro Mecates, ilustre parroquiano de ideas libertarias que preside nuestra H. Comisión de Protocolo y Relaciones Internacionales ha dirigido ya un sentido comunicado al Palacio del Pardo, expresando los mejores deseos de parte de Pulques Finos La Virtud para que pronto se recupere Don Juan de sus lesiones, y haciendo votos por que no se achicopale por lo que maldicen los cotillas y los chismosos que nunca faltan en corralas, vecindades, tabernas y pulquerías de por allá y de por acá.
  --No le afloje, mi rey -murmura una voz con etílico acento de Tepito, entre las barrricas de pulque-, no le afloje y alíviese pronto, mi buén...
  --Al fín que todavía está usté en edad de darle vuelo a la hilacha, ...a los setenta y cuatro es muy pronto para dejar de cazar osos y elefantes en Cartagena o en Moscú, ...tan bién que se lo pasa uno en esas cacerías, caray. 
  --Cotimás si la cosa es con cargo al munecipio, como dice mi compadre Jelipe.
  --Salú!...hic!

No hay comentarios.: